Sweet Deceit es un autoproyecto inspirado por la fruta milagrosa, una fruta existente que ofrece un sabor dulce a las comidas. La estudiante de diseño elaboró un agua para diabéticos para que pudieran saborear el dulce sin tener que consumir azúcar.
Mediante ilustraciones divertidas, se consigue explicar a los consumidores los ingredientes de sabor dulce sin azúcar.